Carlos Alcaraz se vuelve a despedir de las Nitto ATP Finals antes de lo esperado por parte de todo el mundo del tenis. Su trayectoria en esta competición no empezó de buena forma con una derrota contundente ante el noruego Casper Ruud, donde se notó al tenista murciano sin la energía a la que nos tiene acostumbrados y con la que nos ha dado muchas alegrías a lo largo de su corta y brillante carrera.
La preocupación tras el primer encuentro por las condiciones de salud del español era muy grande, parecía que el fuerte resfriado que tenía no le dejara lucir esa versión que estamos habituados a verle.
Contra todo pronóstico, la situación cambió de manera drástica en el segundo partido ante el número ocho del ranking Andrey Rublev. El tenista de El Palmar apareció con una tira nasal para poder respirar mejor, y sin duda esto le ayudó mucho. Salió con todo al encuentro, posicionándose en condiciones de romper el saque en varias ocasiones en el primer set hasta que lo consiguió en el séptimo juego. La segunda manga fue bastante más igualada con ambos tenistas resolviendo sus servicios con soltura, así que nos fuimos a la muerte súbita donde, tras un exuberante tie break, Carlos consiguió llevarse la victoria.
Llegábamos al tercer y último partido de la fase de grupos, el encuentro más complicado y atractivo, contra el alemán Alexander Zverev, número 2 del ranking. Era un partido de todo o nada y al teutón le era suficiente llevarse un set para asegurar su clasificación para semifinales. El primer set se decidió en el tie break, pero eso no quita el hecho de que el alemán fue superior llevando de manera reiterativa los juegos del murciano a las ventajas, mientras que en los suyos la pelota volvía muy pocas veces a su parte de la pista. Como le suele pasar a Zverev, aunque por suerte cada vez menos, al momento de la verdad y en el que hay que cerrar el set, bajó su nivel dejándose recuperar dos mini brakes en el tie break hasta que al final el propio español, tras fallar un revés cómodo en el medio de la pista y acelerarse en un bote pronto innecesario, entregó la primera manga al alemán. El segundo set empezó con una rotura del tenista de origen ruso tras conectar muy buenos golpes y aprovechar el bajón anímico de Alcaraz que no supo recuperarse y acabó perdiendo 7-6 y 6-4.
Otro año que podemos decir que Alcaraz ha conseguido grandes logros como son los dos Grand Slams (Roland Garros y Wimbledon) que añadió a su vitrina, pero también ha sido otro año más en el que no ha sabido mantener la continuidad hasta final de año, perdiendo partidos contra rivales muy asequibles para su nivel (Monfils, Van De Zandschulp, Machac…). Así que, en mi opinión, la tarea pendiente que tiene el murciano es mantener la continuidad el curso que viene, lo que le permitirá luchar por el número uno del ranking. Su rival generacional Jannik Sinner, que hoy en día ocupa esa plaza, supo mantenerse constante durante toda la temporada, perdiendo partidos «permisibles» y no contra rivales que ya tenían la maleta hecha para el regreso a sus casas. Como bien dijo Boris Becker la semana pasada, «Alcaraz tiene un nivel que oscila entre un 9 y un 11, mientras Sinner juega siempre a un nivel 10» y eso le permite ganar más partidos teniendo un tenis con algún recurso menos.
Alejandro Miquel Kihoran (Mallorca, 2003) es estudiante de Gestión Hotelera y Turística en la Escuela Universitaria de Turismo Altamira. Amante del tenis.