La vida sigue igual

Pasan los veranos, se van y vienen jugadores, cambian los entrenadores, pero la vida para el Real Madrid no cambia. Siempre tiene muy buenos futbolistas, normalmente más que el rival, y claro, gana. Es una fórmula que no falla. Queremos vender que la táctica y tal y cual, pero lo que mandan son los jugadores y si los tienes mejores que tu oponente, en un enorme porcentaje de ocasiones, ganarás. Y en el Madrid así lo entienden y así lo hacen.

Ayer, como escribí en mi perfil de X (antes Twitter), se notó que todavía muchos no están demasiado a tono, era el primer partido oficial de la temporada, que el mediocampo, la verdad, que es bastante pastosillo y que la Atalanta es un equipazo, pero así que el conjunto dirigido por Gian Piero Gasperini bajó un poco marchas y el Madrid metió un poco el pie en el acelerador, chao. No hubo historia.

La final se podría resumir en que Courtois, como siempre, dio tiempo a los suyos con una parada antológica, aunque para él sea una más, y Vinicius, Mbappé, Bellingham (que ayer sí jugó como todos dicen que juega y fue lo que casi todos dicen que es) y compañía hicieron el resto.

El tema para mí más interesante del partido estuvo en corroborar que ese medio del campo (Tchouaméni-Fede-Bellingham), sin Kroos, es tan pesadete como me imaginaba, a pesar de que Bellingham ayer jugase el mejor partido que le recuerdo. Es verdad que entre la pólvora que tienen arriba (y pólvora es decir —bien— poco), lo buenísimos que son individualmente esos propios medios que menciono, aunque, como digo, en conjunto sean pesadetes, lo buenísimos que son sus defensas (y buenísimos es quedarse corto), la salvajada (y se queda también corto este adjetivo) de portero que tienen y el gigantesco poder físico de todos sus futbolistas, solventarán la mayoría de sus encuentros. Pero yo quiero verles el día que (todo) eso no llegue, a ver cómo lo solucionan. Creo que van a necesitar mucho de Güler y de Modrić, pero a ver, porque, como decía, el Real Madrid sigue, como de costumbre, teniendo a los mejores jugadores y eso es realmente lo que importa.